miércoles, 15 de noviembre de 2023

Anécdota con el taxista de Santo Domingo

El taxista lo contrató el hotel. El día de la excursión llegó, nos subimos al taxi y lo primero que hizo fue ir a la gasolinera a echar gas natural (otras gasolineras son de diesel y de gasolina) y, ¡a inchar la rueda! El propio taxista tenía un inflador pero el cable que le daba corriente se conectaba al mechero del coche y estaba tazado..., hubo que ir a un taller. Fuimos al taller y, ¡era una cabaña de paja sin paredes!, algo así:


Una pena no recordar el lugar para buscarlo en el mapa... El taxista entró a pie y sacó una manguera de aire para inchar la rueda. Ya por fín emprendemos el viaje...

Ya en Santo Domingo el taxista aparca y nos deja con un guía para hacer la visita.

Bueno, pues al final de la visita nos enteremos de que al taxista se le pinchó la rueda y le habían puesto una multa por aparcar mal. Con todo esto llevaba la rueda de repuesto para volver al hotel.

No acaba aquí, al salir de Santo Domingo se para el coche, nos quedamos en un arcen y el taxista va en busca de un mecánico..., que llega a la hora siguiente en moto.

El mecánico vambia algún fusible por otro del coche y logra que arranque, pero estropea la dirección y el cambio de marchas, aún así llegamos al taller donde lo reparan cambiando fusibles...

Ya en la autovía el taxi se para y el taxista se baja para cambiar unos fusibles y..., ¡arranca!, eso sí, no funciona el aire acondicionado.

Lo de seguros y llamar a la grúa no existe aún hemos podido comprobar en carne propia.

No hay comentarios: